La gota 

Santiago Jiménez Sánchez

 

 

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La Gota avanzaba lentamente a través de Arrayán hacia La Legión, en la que los hombres heridos, la Hermandad de Bikai, Arthur y Kricken fueron recibidos como los héroes que eran. Mr. Sumbac no había logrado la cura definitiva contra el virus Solisteral todavía, pero sí poseía unos remedios eficaces que aliviaron el dolor de los heridos y atendió a Kricken y a su pulmón. Los congratularon continuamente y fueron condecorados con medallas y diplomas por su gran acción. Aunque el actual ejército de La Legión no era más que dos personas, con la publicidad y promoción de soldados mucha más gente se alistó a las Fuerzas Armadas del poblado y ese pequeño poblado fue acogiendo a extranjeros, se hizo famoso por su ejército, se convirtió en una ciudad llena de turismo y de museos y toda esta revolución gracias al magnífico ser de La Gota. La Gota, el Ser que se formó de la lluvia, el fuego y los Solisteral. El Ser con la capacidad de controlar el poder del agua, el fuego y el veneno; el Ser inmortal, que desciende a los infiernos y asciende al paraíso; el Ser capaz de viajar a la velocidad de la luz, de ir a universos y dimensiones paralelas; La Gota es simplemente El Ser. Todo empezó cuando La Gota llegó al poblado de la Legión, tras el exterminio de los Solisteral, como una simple masa pastosa sin estructura interna. La reacción de los ciudadanos fue de pánico, dado que un bicho formado a partir de los Solisteral sólo podía causarles dolor y muerte. Pero las intenciones de La Gota eran todo lo contrario, simplemente quería ayudar en el proceso de expansión del poblado. Para ello lo primero que necesitaba era estructurarse correctamente, con apariencia humana, para pasar inadvertido entre los pueblos extranjeros.

ISBN: 978-84-94800-97-9 GÉNERO: Ensayo ENCUADERNACIÓN: Tapa dura TAMAÑO: 17 x 24 cm. PÁGINAS: 60

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