Oficio de cometas

Antonio Lopera

Te gustará este libro porque…

Antonio Lopera entrega aquí su último trabajo: un conjunto de pequeños poemas nacidos, según él mismo confiesa, durante un largo periodo de «despiste existencial», debido sin duda a un trato con la muerte digamos que demasiado habitual, y no sólo a causa de la reciente pandemia. A la dolorosa desaparición de familiares y amigos se une la conciencia clara e implacable de que la propia muerte es lo único cierto que podemos saber, aunque desconozcamos siempre a qué distancia se encuentra de nosotros. Rehuyendo la autocomplacencia, se reflexiona con serenidad, sin perder jamás la ironía, sirviéndose de un estilo claro, preciso y certero. Es, en suma, la hermosa y cercana confesión de un reconocimiento, el de tener claro que el tiempo que ya ha pasado, la bamboleante vida, en definitiva, le ha otorgado un plus de sabiduría, la justa para encarar ese presente que se escapa a cada instante con coraje, humor, placidez y un melancólico hedonismo, sin permitir que la tan inevitable como saludable lucidez nos venza, puesto que ha aprendido con la edad que la vida es una sucesión de pequeñas derrotas sin importancia que es un deber disfrutar al máximo.

ISBN: 978-84-12750-52-2
GÉNERO: Poesía
ENCUADERNACIÓN: Rústica
TAMAÑO: 14 x 21 cm
PÁGINAS: 124

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Antonio Lopera

Arquitecto sevillano afincado en Madrid desde hace décadas. En los últimos años ha publicados siete libros de poemas —Producción limitada (2012), Talla única (2013), Paso vivo (2014), Mecánica directa (2016), Fundido a negro (2017), Top manta (2019) y Tiempo añadido (2021)—, los cinco primeros editados por Mairea, en su Colección Literaria, sello independiente recientemente desaparecido, y los dos títulos posteriores en Alén de Ningures, editora igualmente desaparecida. Con el presente Oficio de cometas, el autor abre una nueva etapa, de la mano de Lekla Ediciones. Síntesis, ritmo y precisión del lenguaje en la transmisión de imágenes y sensaciones abiertas a interpretación libre han venido siendo sus preocupaciones y objetivos básicos, que intenta expresar cuidando la disposición del texto en el papel, como estrategia de comunicación  intimista entre lector y autor, estableciendo así un «formato abierto», con la intención de que cualquiera que lea los poemas pueda avistar una puerta franca a la interpretación personal de su contenido, y se sienta libre de completar la redacción de cada texto, por más que éste, a veces, parezca contundente. Refractario a los recitales y a la declamación, mantiene que la expresión de la poesía debe tener más el talante de un silencioso animal de compañía que la virtud escenográfica de un acróbata. En sus libros insiste en que los asuntos que se desgranan allí no se refieren a inalcanzables acontecimientos épicos ni heroicos, sino, más bien, a experiencias íntimas y cotidianas, todas ellas al alcance del común de los mortales, expresadas con el propósito directo de compartir emociones, objetivo declarado abiertamente en algunos poemas, e intentando desde esa perspectiva que cada cual, como los buenos jazzmen, capaces de estar tocando horas con una partitura de pocas líneas donde están sintetizados el ritmo y la melodía fundamentales, sea capaz de hacer su música, y de disfrutarla libremente.